Tenemos una noticia muy buena: la LMC suele ser una enfermedad crónica con la que se puede convivir gracias a los tratamientos modernos.1 Aun así, cuando te la diagnostican, puede que sientas que te va a cambiar la vida. Aunque los medicamentos te pueden servir para gestionar la enfermedad durante mucho tiempo,1 padecer LMC puede hacerte sentir incertidumbre en lo que respecta al futuro. También puede influir en tu confianza y en la forma de verte a ti mismo. Hacerte pruebas y acudir a consulta al hospital de forma habitual puede conllevar que te resulte difícil olvidarte de la LMC, aunque quieras. Sin embargo, los cambios no son siempre negativos. Para algunas personas, el hecho de padecer una enfermedad crónica, como la LMC, da un nuevo significado a su vida y aporta ciertos aspectos positivos que no se esperaban.
La experiencia de cada persona es diferente y muchas descubren que, con el tratamiento, la vida sigue igual que antes. No obstante, hay aspectos de tu vida que se verán afectados, como los siguientes:
Es posible que sufra estos cambios:
Y puede que tengas que hacer lo siguiente:
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Y puede que tengas que hacer lo siguiente:
Es posible que sufra estos cambios:
Y puede que tengas que hacer lo siguiente:
Es posible que sufra estos cambios:
Y puede que tengas que hacer lo siguiente:
Muchas de las personas que viven con LMC hablan acerca de cómo adaptarse a su diagnóstico. Aquí tienes algunos consejos que pueden ayudarte: